sábado, 29 de diciembre de 2012
Antropologías o las ventajas de vivir en la provincia / Alfredo Veiravé
I
La poesía es un estado de refracción que cruza el cielo
como un arco iris después de la tormenta, y el poema un objeto
geométrico como el Gran Vidrio de Marcel Duchamp, pero
¿a quién leérselo antes de someterlo a la prueba del sapo
para saber si está bien engendrado? O mejor dicho, ¿para saber
si no sufre de autodecepciones después de la experiencia?
Nadie en particular
es capaz de acompañar a la pareja en sus pesadillas
y los más íntimos, por amor, entienden fácilmente lo que no
está en el poema. Esta es la primera ventaja de vivir en la provincia.
II
Me detendría un poco en las teorías del color local
del universo: toda la historia de Yoknapatawpha, Ítaca o Pampa
del Infierno, o en los vuelos diurnos de las siestas en relación
con los conceptos de energía, pero los discípulos provincianos de Freud
o de Lacan, seguramente, ya las han analizado,
además, por supuesto, el recuerdo inventado
no se hace solamente con ideas.
Las otras ventajas provisorias, como el baile de las abejas orientadas
por el sol, el exhibicionismo tropical de los mamones, las hondas
preguntas sin respuestas, el cosmos vital de las palabras,
ya las saben sin trampas mis vecinos. Por eso aquí, en el interior
de los helechos del sueño que toco con la mano
se oye siempre la secreta invitación del ilustre manchego imaginario:
“Pasa raro Inventor, pasa adelante”.
Alfredo Veiravé (Gualeguay, 1928- Resistencia, 1991)
En Radar en la tormenta. Obra Poetica. Tomo 2. Nuevohacer. Grupo Editor Latinoamericano. Buenos Aires, 2002.
Los escorpiones / Alfredo Veiravé
“Los escorpiones deberían ser excluidos del suplemento literario
de la revista Times, de los bestiarios y de los manuales de zoología
porque tienen veneno en las colas y además pinzan desde atrás
a las víctimas que distraídamente creen en las ventajas del conocimiento.”
“Los escorpiones deberían ser aplastados con fórmulas matemáticas
y en nombre de los lentos
sentimientos del mundo
colocados bajo las piedras para evitar que
sigan contorsionándose impúdicamente en vez de dejar vivir en paz a los otros.”
“Por algo Platón los desterró de la República.”
Eso me dijo mientras recorríamos el Zoológico de Johannesburgo
una mujer divorciada que los odiaba particularmente.
Alfredo Veiravé (Gualeguay, 1928- Resistencia, 1991)
En Historia natural. Obra Poetica. Tomo 2. Nuevohacer. Grupo Editor Latinoamericano. Buenos Aires, 2002.
Las arañas de Mr. Robert Lowell / Alfredo Veiravé
Nunca sabré cómo se sustentan en el aire los
grandes trasatlánticos llenos de pasajeros que viajan de un
continente a otro sobre el mar sobre las ciudades y
tampoco
cómo las arañas de mi jardín sin turbinas o reactores
transportan
esos hilos suaves donde quedan atrapadas las (tontas) moscas
y las miradas de los distraídos. Más o menos como en un poema
(un infierno musical del Bosco)
o la traición de estas apariciones. ¿Y quién ignora
cómo puede soportar el pecho del hombre
por qué tiempo la ausencia del amor o el reposo del fuego?
No obstante sentimos la atracción de los turistas
en los aeropuertos, como leves arañas. ¿Volar entonces?
¿O apenas sumergirnos en la telaraña con nuestras
ignorancias urgentes?
Espero que mi fotografía póstuma mi cara
doméstica detrás de los anteojos
no me condenen ante ustedes por todo esto que ignoro.
Alfredo Veiravé (Gualeguay, 1928- Resistencia, 1991)
En Historia natural. Obra Poetica. Tomo 2. Nuevohacer. Grupo Editor Latinoamericano. Buenos Aires, 2002.
sábado, 22 de diciembre de 2012
Lo simple se ha dejado... / Alexis Comamala
Lo simple se ha dejado, se ha pegado, se ha alojado
mientras los muchachos en las alturas
declinan el clavo y los tercios de la historia.
Se han acostumbrado a la trinidad
en donde había ambientes lúgubres llenos de culpa
lunas aisladas se trenzan graves
desconcierto
suena el teléfono, nadie habla, no volverá igual.
Alexis Comamala
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