Cazar palabras en el humo
y, como quien ordena sus negocios antes de morir,
ponerlas
en su justo lugar, para que el Otro
(el que no se conforma con nada) una vez más
se engañe con la idea de que todo
por fin quedó aclarado para siempre
y duerma un poco, aunque después
se despierte aterrado
en medio de la noche sin palabras
Raúl Gustavo Aguirre (Buenos Aires, 1927-1983)
En Poesía argentina: selección del Instituto Torcuato Di Tella. Editorial del Intituto. Buenos Aires, 1963.
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